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Al acceder al vestíbulo de la sede central de la Heritage Foundation, uno de los think tanks más prestigiosos del mundo, lo primero que uno se encuentra es el escudo de la entidad, acompañado de su lema: “Ideas have consequences”. Los artífices de esta institución, al igual que otros promotores de think tanks, creyeron que el progreso humano y la resolución de muchos problemas sociales iba a depender sobre todo de la generación sistemática de nuevas ideas.

   De la presentación de la “Institución Futuro”


El término think tank alude a "centros de pensamiento, instrumentos al servicio de la sociedad para generar conocimiento en diversas materias o, incluso, si queremos decirlo de manera supuestamente más culta, a los llamados laboratorios de ideas o gabinetes de estrategia. Los think tanks son, en efecto, instrumentos de la sociedad. Seguramente uno de los mejores indicadores de madurez del tejido social —la llamada sociedad civil— es el conjunto de capacidades de conocimiento que puede aportar".

   Gustavo Suárez Pertierra: "Elogio del Think tank". El País, 28 de marzo de 2012 


 

El aparato de comunicación del Colegio de Ingenieros de Caminos, en sentido amplio, no debe limitarse a ser el vehículo de transmisión de lo noticiable de la institución: tiene también encomendado los cometidos de elaborar la definición, de madurar su contenido y de procurar la proyección de su imagen pública, que deberá extraer de su compenetración con los diferentes órganos colegiales y con el conjunto de los asociados, y que ha de constituir, además de la más elocuente tarjeta de visita del colectivo, su engarce con la sociedad civil.

Dicha imagen, que debe dar idea cabal y objetiva de la corporación, ha de incluir, además de las facetas profesionales en su totalidad,  los elementos estructurales, culturales y humanistas, que proporcionen una visión integral de los ingenieros, que no son personajes unidimensionales, volcados exclusivamente en su preparación técnica, sino que son verdaderos actores políticos, en el sentido más noble de la palabra, y deben transmitir una idea cabal de la proyección multidisciplinar de la carrera. De una carrera que, además de su tradicional y profundo engarce con el mundo empresarial, ha estado y sigue estando altamente implicada en la política y en las humanidades (Echegaray, Sagasta, Torres Quevedo, Eduardo Torroja, Félix Boix, Manuel Becerra Fernández, Juan de la Cierva, Marcelino Oreja Elósegui, Víctor Pradera, Juan Benet, Álvaro del Portillo, Leopoldo Calvo-Sotelo… Jesús Posada, Víctor Calvo-Sotelo, José Entrecanales, Juan M. Villar Mir, Florentino Pérez, Rafael del Pino…) y que participa activamente en el desarrollo socioeconómico del país.

La proyección de la profesión y la promoción social y cultural de la carrera han de constituir, pues, una faceta ineludible del Colegio, que debe traducir las inquietudes del ingeniero, canalizar el concepto de responsabilidad social y responder a los estímulos mediáticos que recibe la profesión. Naturalmente, estos designios no surgen espontáneamente: deben proceder de procesos profundos de reflexión y síntesis, que han de producirse mediante una tupida red de debates, simposios, reflexiones colectivas y tomas de temperatura promovidos específicamente a este fin.

Inevitablemente, estas propuestas sugieren la conveniencia de encomendar a un organismo especializado -una Fundación- las tareas del Think Tank: ubicar la profesión de forma continua en las coordenadas intelectuales y en el tejido social del país. Al Think Tank le corresponderá además la periódica convocatoria de los ingenieros para que decanten las posiciones colectivas y apunten los caminos de la innovación. Se deberán auspiciar jornadas, conferencias, mesas redondas y simposios sobre aspectos concretos de la profesión, de su ubicación social, de su función en el sistema económico, etc.

Es además conveniente que las actividades del Think Tank –la especulación ideológica y las actuaciones de difusión cultural y mecenazgo- no se financien a través del presupuesto corriente del Colegio, que deberá dedicar preferentemente sus ingresos a la prestación de servicios a los colegiados y al mantenimiento de la propia institución. La legislación europea sobre la materia y sus transposiciones a nuestro país –en concreto, la futura ley de Servicios y Colegios Profesionales, actualmente en elaboración- va en esta dirección restrictiva, por lo que la Fundación buscará preferentemente sus recursos en el patrocinio.

Naturalmente, el desarrollo práctico de la Fundación que aquí se describe dependerá de los recursos que se obtengan.

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